viernes, 19 de diciembre de 2008

Happy Holidays

Hoy es el ultimo dia de clases. Presento mi corto de fin de semestre, que eran los ultimos deberes que tenia que hacer. Ahora miro hacia atras y me sorprende la de cosas buenas que han pasado en 4 meses, y lo largo que ha sido el tiempo.

Estoy un poco nerviosa, y me he despertado muy temprano. He ido al supermercado bonito de al lado de casa a comprar queso manchego y aceitunas para compartir hoy en clase y me he encontrado con Orham Pamukh, que compraba coles de bruselas a las 8 de la mannana.

El martes nevo y nos tiramos bolas de nieve. Enfrente del supermercado venden abetos de todos los tamannos. Hay un hanukkiyah al lado del arbol de Navidad que han puesto en el hall de mi edificio. Y, para no ofender a nadie, no se dice Feliz Navidad sino Happy Holidays!

martes, 16 de diciembre de 2008

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Xavi me ha mandado por e-mail unos archivos para ayudarme a escribir un paper que entrego el jueves. En el texto del email pone: "un beso de aquí a Lima". En la columna derecha de mi cuenta de gmail, google me propone echar un vistazo a "hoteles en Lima" y "Pasajes a Lima".

Y yo ya sólo pienso en que el viernes, por fin, el semestre habrá terminado. Lo rápido que ha pasado el tiempo aquí, aunque también parece que llevo una vida.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Feedjit me ha enganchado al blog. Y ahora sólo quiero escribir, escribir y escribir para que gente que busca cosas raras en google llegue hasta mi blog.

Llueve, pero no hace tanto frío como el lunes. El lunes se me congelaron las orejas, los pies y las manos. Y no pude rodar bien mi corto porque estábamos en la calle y era insoportable.

Anoche fuimos a un concierto en Brooklyn. Bebimos cerveza Sierra Nevada y, más tarde, Southern Comfort para celebrar el aniversario de Virginia y José Víctor. Hay gente que se quiere y es verdad, lo cool en NY es no bailar en los conciertos y el Southern Comfort es como caramelo pero lleva alcohol. Al final, Virginia hizo alianzas con una pajita roja y, sin darme cuenta, me casé con Xavi.

Así que ahora tengo un marido con un blog mucho más interesante que el mío. Lo que me hace sentirme muy insustancial. Sobre todo teniendo en cuenta que posts como el de hoy sólo los escribo para ver qué palabras clave en google conducen hasta aquí.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Alguien llegó aquí porque buscó en google

Un día del año pasado que estaba muy triste, busqué en Google "fin del amor". No sé bien qué pretendía encontrar: una respuesta mágica, consuelo, un foro de corazones rotos?

Un día vi que en El colchón que volaba Lui Lu había añadido una lista de cosas que la gente buscaba en google y que le llevaban a su blog. En la lista había frases como:


* muy bien. tú lo has querido.

* habías prometido no llorar era la última vez que nos tomábamos un café juntos

* nadadoras no se depilan las piernas

* señora en la casa sin bragas

* foto de muñequito haciendo pipí

* busco un chico que conoci en el concierto bruce barcelona

* dónde hacer fotos carnet barcelona

* Terrazas de Madrid que hablan los martes

* Me gustaría llegar con mi imaginación en una alfombra voladora a todos lados

Algunas seguramente vienen de alguien que no sabe usar muy bien google. Otras, como "habías prometido no llorar era la última vez que nos tomábamos un café juntos" me hacen pensar que no estaba sola el día que busqué fin del amor en google. Que nos sentamos delante de nuestro ordenador y, cuando no sabemos qué más hacer, abrimos la ventana de internet y gritamos muy alto. Por si alguien nos oye.

Mi agradecimiento a Lui Lu por prestarme la idea y a Feedjit, por cotillear en lo que ponemos en google.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Thanksgiving

Como dice mi amigo Antonio, soy una ruina. No salgo nunca de noche, pero justo el miércoles, antes de Thanksgiving, salí hasta las 5 de la mañana. Y me levanté el jueves a las 3 de la tarde.

La cena empezaba a las 4, así que no me daba ya tiempo a cocinar la tortilla de patatas, que era lo que yo quería haber llevado. Mayuran, que fue quien me invitó, insistía en que cada uno trajera algo de su país y, sobre todo, insistía en que fuera homemade. Yo tuve que correr a la ducha y de ahí al supermarket. Me sentí un poco culpable.

Por la calle, la gente llevaba fuentes de comida homemade para llevar a casa de sus amigos. Nadie andaba por la calle sin comida.

La cena era una reunión de familiares e invitados variopintos. Estábamos en casa de los padres de la novia de nuestro amigo. El primer impacto fue el de entrar en un hogar. Mi casa de aquí es aséptica y fría.

Había una mesa llena de comida para picotear mientras llegara la hora de la cena de verdad. Mucha comida. Y dos mujeres continuaban cocinando sin parar. Entre las dos sacaron la bandeja del horno. Un pavo enorme cubierto de papel de plata.

Una vez en la mesa, la madre hizo un pequeño speech que terminó en lágrimas. Entre otras cosas, dijo que en realidad Acción de Gracias y es una fiesta que no se debería celebrar (por lo cínico de celebrar que los indios ayudaron a los ingleses, teniendo en cuenta lo que pasó depués). Eso me gustó.

Y tras ella, todos los demás teníamos que decir algo. Sinceramente, me veía desde fuera y tenía la sensación de estar en una película. "No sólo estoy en la cena de Acción de Gracias, además tengo que levantarme y hablar!" Prueba superada. Es un juego divertido y se entra con facilidad. Todo el mundo se pone muy ñoño y emocionado, y a mí me encanta. No me costó nada decir mis palabras cursis de agradecimiento. La verdad es que estaba teniendo la sensación de estar con mi familia de verdad. Pero a lo mejor era por el jet lag de haber dormido tan poco. El caso es que estaba cómoda. Después de la cena, jugamos a un juego de mesa. Y después de eso, el postre.

Hice las cuentas y me pasé 7 horas comiendo. Aquí no existe el culto a la comida al que estamos acostumbrados. No es de mala educación llamar por teléfono a alguien mientras come, ni tampoco es de mala educación comer en clase. La comida es una necesidad y no un placer. Y aunque odie esta idea, sin más remedio he adoptado el uso. Normalmente, como en 15 minutos, casi siempre andando a otro sitio, o de pie. En los restaurantes, te traen la cuenta sin pedirla, porque no existe la sobremesa. Acción de Gracias fue un día para romper las reglas. Y yo estoy a favor.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Acción de Gracias

Los ingleses llegaron a América del Norte y mientras intentaban cruzarla y ocuparla, se morían de hambre por el camino. Así que un día, cuando estaban a punto de desfallecer, los indios les trajeron comida y les salvaron la vida. Ese día cenaron todos juntos y cantaron canciones alrededor del fuego. Después de aquello, los ingleses se merendaron a los indios. Pero esa es otra historia.

La otra cosa es que, por lo visto, el pavo contiene una sustancia que estimula la felicidad. Como el chocolate.

Estas son las dos historias que me han contado hoy sobre el día de Acción de Gracias. Me las ha contado un chico de clase, de Sri Lanka, que organiza en su casa una cena multicultural (sólo ha invitado a estudiantes no americanos, porque somos los únicos que no tenemos una familia a la que volver mañana). Pero él es vegetariano y no habrá pavo.

Yo doy las gracias por un mensaje de Ana que me ha llevado de paseo vagabundo por Madrid y por una carta de Rocío que ha llegado a mi buzón. Y por un montón de cosas más.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Memoria

El otro día hubo una conferencia en Columbia con Oliver Sacks. Era sobre la memoria y, entre otras cosas, explicó que los sonidos son lo que más excita nuestros recuerdos.

Me acabo de acordar porque, preparándome para el concierto de Ani Di Franco esta noche, he oído esta canción y me he visto en un tren a la Carlos III, cuando me dió por estudiar Humanidades y luego no fui capaz de seguir.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Deshilado



He pensado en escribir algo antes de irme a la cama, por si todavía hay alguien que de vez en cuando se asoma para ver si he puesto (de post) algo nuevo. Pero no se me ocurre bien qué contar. Ayer empezó el frío. Un frío de verdad. No sé cómo explicarlo mejor. Es sólo eso: frío. Y de verdad. Necesito zapatos, abrigos, bufandas, gorros, guantes.

He cenado con Silvia, antigua compañera de Soge, y me he alegrado más que nunca antes de ser una estudiante y no tener que ir a Tres Cantos nunca más. Y, a la vez, he pensado que parecía como si la hubiera visto ayer. Aunque en España no tuviera mucha relación con ella, aquí me ha alegrado mucho verla.

En el campus han puesto las luces de Navidad y es muy bonito. Quitaron las calabazas de Halloween y llegó la Navidad. En otra ocasión me hubiera estresado un poco ver las fiestas tan cerca, pero ahora mismo tengo tantas ganas de que se acabe el cole por unos días, que ver las luces me encanta. Me digo: venga, ánimo. Y luego sigo andando rápido, porque hace frío y si voy despacio me da miedo quedarme congelada.

El año pasado Susana (una de las Susanas) se inventó terminar el año 2007 a principios de diciembre. Y como a mí me pasaba lo mismo que a ella, yo también terminé el año antes de tiempo. Fue una buena idea, en el 2008 estábamos a salvo y no nos iban a pasar cosas malas. Ahora que estamos llegando al final, estoy un poco cansada de un año de 13 meses y me siento tentada de hacer una fiesta de fin de año un día de estos. Pero voy a ser valiente, voy a aguantar un año muy largo de 13 meses y voy a esperar hacer la fiesta de fin de año como todo el mundo.

He hablado del campus y eso me ha recordado a las ardillas. Las ardillas andan por entre los árboles y son bastante grandes. Es como ver a Chip y Chop. Pero en NY también hay ratas que tienen el mismo tamaño que Chip y Chop. Algo en mi cabeza me dice que sólo puede haber ardillas porque también hay ratas. No os he contado que un día vi una rata en mi cocina.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Hurt



I hurt myself today
to see if I still feel
I focus on the pain
the only thing that's real
the needle tears a hole
the old familiar sting
try to kill it all away
but I remember everything
what have I become?
my sweetest friend
everyone I know
goes away in the end
and you could have it all
my empire of dirt

I will let you down
I will make you hurt

I wear this crown of thorns
upon my liar's chair
full of broken thoughts
I cannot repair
beneath the stains of time
the feelings disappear
you are someone else
I am still right here

what have I become?
my sweetest friend
everyone I know
goes away in the end
and you could have it all
my empire of dirt

I will let you down
I will make you hurt

if I could start again
a million miles away
I would keep myself
I would find a way

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Me perdí Harlem

Me daba vergüenza publicar esta entrada, porque hay quien me ha pedido que escribiera algo sobre las elecciones y yo, como otras veces, el martes estaba demasiado cansada como para enterarme bien de lo que pasaba. Y me perdí Harlem, que fue una fiesta enorme.

Aquí mi crónica, que os hará comprender lo poco que tengo qué decir de esto. Y un par de fotos que hizo mi amigo Xavi, para que veais lo que yo vi.



Anoche cené en casa de Roberto porque era su cumpleaños y, además, la "election party". Pero tenía un montón de deberes y también un montón de sueño, así que me fui a casa. Cuando me bajé del metro, Obama ya había ganado y la gente se abrazaba por la calle. En la oficina de voluntarios de Obama que hay un poco más arriba, en Broadway con la 106, se había acumulado tanta gente que estaban cortando el tráfico.
Me metí por enmedio sólo para sentirme parte de América y para que se me pegara la alegría. La gente sonreía, gritaba y hacía fotos de la otra gente.



A mí me recordaba mucho al día que España ganó el mundial de fútbol. Es emocionante ver vibrar una ciudad al mismo tiempo, y aunque esto ha sido mucho más relevante, la autenticidad con la que se vivía era muy parecida. En las ciudades grandes andamos rápido. No nos miramos, no nos tocamos y no nos hablamos. Lo que más me gustó de esa noche fue que se suspendieron las reglas.

martes, 28 de octubre de 2008

Domingo en Coney Island


El domingo rodamos un ejercicio de clase en Coney Island. Dije que sí porque el director es mi amigo, pero, sobre todo, porque así tenía una excusa para salir del entorno de la calle 112. El sábado llovió todo el día. Lo vi desde las ventanas de la biblioteca, mientras escribía y estrenaba mi ordenador. El domingo el cielo estaba limpio y azul. Nos pasamos todo el día en la playa, al sol.

Coney Island está al sur de Brooklyn y tiene un parque de atracciones que empezaron a construir a finales del s. XIX. Me sorprendió mucho un puesto que había. Se llamaba "Shoot the Freak". Estaba cerrado, pero en verano contratan a un señor feo al que la gente le dispara con pelotas de paintball. Lo que quiero decir es que es bastante decadente, pero muy auténtico. Y como todo lo que es auténtico, lo van a desmontar para construir edificios mirando al mar. He leído que durante años ha habido gente intentando salvar Coney Island, pero han ganado los malos otra vez.

La película que hicimos el domingo va de una mujer que no consigue olvidar a su marido, que ha muerto. Está en la playa con una urna con las cenizas, pero es incapaz de tirarlas. Él vuelve a buscarla, porque quiere que ella le olvide y sea libre otra vez. Y ella termina aceptando. Era muy simple, porque, al fin y al cabo, era sólo un ejercicio de clase. Hoy la hemos visto y me ha emocionado. Qué difícil es dejar que alguien se vaya, qué difícil olvidar, qué tarde se cierran las heridas...

(el dibujo arriba es de Tim Zeltner)

viernes, 24 de octubre de 2008

Un ordenador nuevo

Vamos a romper todos los hielos del mundo. También el de usar este ordenador nuevo para escribir cosas. Un post da menos miedo que una historia, pero me sirve para calentar.

Hoy he visto dos cortos muy buenos. Uno se llamaba Are you the favourite person of anybody? y solo trataba de un señor que le hacía esta pregunta a tres personas, en la misma calle. Me ha dejado pensativa. ¿Seré la persona favorita de alguien? ¿Tengo una sola persona favorita? Hala, qué difícil, ¿no? Creo que no tengo una sola, pero sí un puñadito de personas que se van turnando en el número uno.

El otro se llamaba The Big Empty. Iba de una chica que iba a miles de ginecólogos porque le duele el útero. Y lo que le pasa es que está vacía por dentro, y sólo tiene nieve. Y no le pueden curar, pero a ella no le importa. Lo que quiere es que le deje de doler. La llevan a un programa de la tele y conoce a un chico. Se sabe que ese es "el chico" porque es la única persona que le pregunta si le duele. Y entonces ya sabes que le va a dejar de doler. Aunque no os creais que es una historia de amor fácil. Pero no cuento nada más.

Por cierto, hace frío. Y los árboles se están poniendo cada vez más rojos y amarillos.

martes, 21 de octubre de 2008

La cesta de la compra

Me encanta el supermercado de al lado de mi casa, porque siempre esta abierto y tiene la fruta en la calle tambien de madrugada. Me encanta el que esta un poco mas lejos, porque te prestan un abrigo para entrar a la sala donde estan la carne, el queso y los yogures. Me encanta el mercado organico que ponen los jueves y los domingos, porque venden unos muffins gigantes se llaman "muffins sanos" y ni me planteo si engordaran o no, porque son necesarios para mi salud. O el de justo enfrente de la universidad, que si pagas con tarjeta puedes pedir que te den dinero en efectivo y lo carguen a tu tarjeta. Por fin ese suenno de la infancia: comprar dinero!

Ayer me escribio Elena y me conto que la comida se le pone mala en la nevera desde que vive sola. Me acorde de mi misma hace un anno. De la ultima vez que fui a la compra con Belen, de que ella estaba rara, y de que nunca me comi el pure de patatas, ni el bacalao, ni las espinacas con crema. Todas esas cosas se quedaron alli desde que ella se fue un par de dias despues. Y que mi vida estaba tan desordenada que nunca volvi a hacer la compra. Porque las paellas solo las hacen para dos, y no se calcular la compra para uno y se me llenaba todo de moho. En todo el anno, solo fui a la compra cuando alguien venia a casa a cenar.

El supermercado, todos los supermercados, estaba lleno de recuerdos. Y solo me he dado cuenta cuando he llegado a estos, que me son poco familiares y que han entrado en mi historia de pronto, vacios de otras historias. Ahora no tengo vida, todo esta por construir. Tengo mucho tiempo para repasar lo que me ha pasado hasta ahora. Y me encanta mirarlo desde los supermercados abiertos todo el dia, desde los supermercados que venden dinero, con un abrigo comunitario y comiendome el muffin gigante mas sano de la tierra. Pero os echo de menos.

martes, 7 de octubre de 2008

Querida hermana, no he cumplido mi promesa...


Una de las cosas que echo de menos es tener una casa. Un hogar. Un salón, un sofá, una tele, un abrazo. Los olores de la cocina. El ruido. La lavadora dentro de casa. La ventana y los árboles, la portera cotilla, las obras eternas en mi calle. Ir andando hasta Colón, o hasta Sol, o hasta Lavapiés. Los ojos cómplices que me esperaban en los bares. No volver a dormir a casa porque total es muy tarde y vamos a ver esta película que te ha prestado Luisa, o está lloviendo y me encanta esta habitación sin puertas y el suelo de madera. Que sean las ocho de la tarde a la vez aquí y allí.
Hace frío y me abrazo a la ropa. Me imagino que hace frío también en Madrid. Me imagino que un día tendré una casa otra vez. Y que con el tiempo, también aquí habrá ojos que me miren y me vean. Sin tener que explicar tantas cosas.

PD. Hoy hubo un día del trasto en mi calle y ahora tengo un sillón en mi habitación.

domingo, 5 de octubre de 2008

Googlegangers

He leído un artículo muy bueno que mi amiga Claire escribió en The Guardian, sobre todas esas personas que se llaman como tú y que aparecen cuando te buscas a ti mismo en Google.

Domingo por la noche. Debería acostarme. Pero antes no he podido evitar googlearme. Aproximadamente 80.300 entradas con mi nombre. Claro que no me he encontrado conmigo. Sino con una cantante de salsa, una periodista premiada, una doctora en filosofía...

Me pregunto si debería cambiar de nombre. Parece más fácil que hacer algo extremadamente excepcional que me coloque la primera en las 80.300 páginas en las que hay una Carmen Jiménez. Si es que estoy en alguna, porque no he tenido paciencia para revisarlas todas...

Por cierto, hace frío y creo que vamos a cerrar la taberna ilegal que habíamos abierto aquí:

martes, 30 de septiembre de 2008

How do I get to the supermarket?


Me han prestado una cámara de fotos pero aún no la he usado apenas. Tengo que hacer una foto de la puerta del edificio en el que vivo. El edificio Adlon, al oeste de la calle 112.

Una de las cosas que más odiaba en las clases de inglés del cole era lo de dar direcciones. Turn left, pass by the church and then turn right. Para dar una dirección en NY tienes que decir no sólo el número y el nombre de la calle. Es imprescindible decir en qué manzana vives. Yo vivo en la calle 112, entre Broadway y Amsterdam. Broadway, la única calle que cruza Manhattan en diagonal, está trazada conforme a un antiguo camino que trazaron los nativos americanos. La calle Amsterdam es una línea muy recta y si te pones enmedio y miras hacia el sur, no puedes ver el final, sólo dos líneas de edificios altísimos. En Amsterdam, a la altura de mi calle, están construyendo una catedral gótica. En este país gótico no significa medieval.



Lo que quería contar es lo de las cervezas después de clase en la puerta de mi edificio. El tercer día en NY ya echaba de menos el bar. Las cañas sin número y sin prisa y de pie. Llegué a casa y me encontré a dos chicas de clase, sentadas en la puerta bebiendo cerveza. Hoy, como cada martes, hemos salido de clase a las 10 de la noche. Hemos comprado botellines y patatas en el West Market, un supermercado tan bonito como el Gourmet de El Corte Inglés y que está abierto 24 horas. Y nos hemos sentado en la puerta con nuestras cervezas, desafiando la ley que prohibe beber alcohol en la calle sin tapar el recipiente.

Ayer, como vinieron Isa y Santi, rompí la costumbre y fuimos a un bar. El único que nos gusta en la zona. Al fondo, un grupo de 7 músicos tocaba Bluegrass. Sólo para nosotros.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Breaking the ice


En clase me obligan a hacer cosas que no he hecho nunca y que me dan miedo, y las tengo que hacer rápido. Ya he escrito tres argumentos de película, un guión de tres páginas, he rodado un corto, he actuado delante de los de clase haciendo de Natalie Portman en una escena de Closer... Todas esas cosas que me veo haciendo y pienso ¿esta soy yo? Nos piden que lo hagamos y no paran de repetir que no es más que un "ice breaker". Para perder el miedo.

Llevaba mucho tiempo queriendo romper el hielo de este blog, pero no me atrevía. Pensé en haberlo puesto bonito, en abrir con alguna reflexión muy profunda sobre la vida en América o en NYC, o sobre Obama, o sobre cuando era pequeña y bla bla bla...

Pero hoy me he levantado y llovía. Anoche fue la primera vez que dormí con edredón. Y he pensado que cuanto más leve sea la primera entrada de este blog, más fácil empezar a escribirlo. Hoy ha sido también la primera vez que he soñado y lo he recordado al despertarme. La primera vez desde que me fui el 10 de agosto. He soñado que iba con mi madre en un coche por Sevilla y nadie me creía cuando decía "Qué bonita es Sevilla". Que no me creían porque me fui hace mucho tiempo y porque no paro de irme, cada vez más lejos.

Al principio no, pero ahora echo de menos todo. No quiero hacer una lista para que no se me olvide. Todo es todo. Porque aquí todavía no tengo casi nada.

Hay un montón de cosas tontas que quiero ir contando, pero se me pasan los días volando, y las semanas igual. Que en el campus hay un montón de ardillas, que los jueves y los domingos ponen un mercadillo de productos orgánicos al lado de casa, que en el supermercado te prestan un abrigo para que entres a la habitación donde está la carne, que el otro día vinieron Obama y McCain, Shakira y Alejandro Sanz, que la primera vez que fui a la biblioteca me sentí como en El Silencio de los Corderos, que una de las cosas que más me gustó fue volver de Ikea en ferry de noche... Poco a poco.