martes, 21 de octubre de 2008

La cesta de la compra

Me encanta el supermercado de al lado de mi casa, porque siempre esta abierto y tiene la fruta en la calle tambien de madrugada. Me encanta el que esta un poco mas lejos, porque te prestan un abrigo para entrar a la sala donde estan la carne, el queso y los yogures. Me encanta el mercado organico que ponen los jueves y los domingos, porque venden unos muffins gigantes se llaman "muffins sanos" y ni me planteo si engordaran o no, porque son necesarios para mi salud. O el de justo enfrente de la universidad, que si pagas con tarjeta puedes pedir que te den dinero en efectivo y lo carguen a tu tarjeta. Por fin ese suenno de la infancia: comprar dinero!

Ayer me escribio Elena y me conto que la comida se le pone mala en la nevera desde que vive sola. Me acorde de mi misma hace un anno. De la ultima vez que fui a la compra con Belen, de que ella estaba rara, y de que nunca me comi el pure de patatas, ni el bacalao, ni las espinacas con crema. Todas esas cosas se quedaron alli desde que ella se fue un par de dias despues. Y que mi vida estaba tan desordenada que nunca volvi a hacer la compra. Porque las paellas solo las hacen para dos, y no se calcular la compra para uno y se me llenaba todo de moho. En todo el anno, solo fui a la compra cuando alguien venia a casa a cenar.

El supermercado, todos los supermercados, estaba lleno de recuerdos. Y solo me he dado cuenta cuando he llegado a estos, que me son poco familiares y que han entrado en mi historia de pronto, vacios de otras historias. Ahora no tengo vida, todo esta por construir. Tengo mucho tiempo para repasar lo que me ha pasado hasta ahora. Y me encanta mirarlo desde los supermercados abiertos todo el dia, desde los supermercados que venden dinero, con un abrigo comunitario y comiendome el muffin gigante mas sano de la tierra. Pero os echo de menos.

1 comentario:

THOR dijo...

tienes razón con lo de la cocina, yo tampoco me cocinaba cuando vivía sola, hubo una época que solo cenaba sandwiches de jamon y queso y queso y queso y vino y más vino, y vino, y...dios mio! soy una torpeda alcoholica...pero ya pasó, ahora sigo bebiendo vino y comiendo queso, pero acompañada del pepe y que es más agradable.