jueves, 1 de enero de 2009

Jet Lag



Entré a Madrid por la Castellana. Antes me había parecido incuestionablemente enorme y grandiosa. Ayer me parecía como si hubieran cortado todos los edificios por la mitad. Ya sabía que la mirada no es objetiva, y que en cada situación vemos las cosas de maneras diferentes, pero ayer lo comprobé de manera aplastante. Por más que lo intentaba, no acababa de reconocer la calle, porque no se parecía a la imagen de ella que guardaba en mi cabeza.

Me sirvió para acordarme de otra cosa. De esas penas que a veces te dan y te crees que no se van a terminar. Que son tan grandes como la Castellana. Pero no, sólo depende de por dónde lo mires, o de dónde vengas, o de que pase el tiempo.

Feliz 2009 a todos.